Los bienes de una persona que ha fallecido no pasan de forma automática a ser propiedad de sus familiares directos, sino que tienen que pasar por un proceso legal en el cual se define y se distribuyen los bienes entre los herederos, esto conforme a lo dispuesto en la ley. Lo anterior se conoce como sucesión de herencia, en este artículo te hablaremos sobre los puntos clave de este trámite.
El primer requisito para que un proceso de sucesión pueda
dar inicio es que la persona titular de los bienes a suceder haya fallecido. En
este sentido, la partida de defunción es el primer documento que se necesita
para promover la sucesión en cuestión. Una vez que se tiene la partida de
defunción, puede promoverse el proceso sucesorio, los documentos adicionales
pueden variar según el país, aunque lo normal es que dicho trámite se realice
con ayuda de un abogado.
En sucesiones caba, por ejemplo, el
proceso inicia primeramente determinando quien o quienes son los herederos de
los bienes en cuestión. Esto se hace mediante dos modos, el primero es mediante
sucesión testamentaria, es decir, dando validez a un testamento, y el segundo
es mediante sucesión intestada, que es más común y que implica la distribución
de los bienes acorde a derecho entre los herederos de facto, es decir, la
familia.
Una sucesión de herencia prosigue valuando los bienes, esto
implica no solo contabilizar los mismos, sino también restar las deudas en caso
de que estás existan. Una vez pagado a los acreedores, los bienes que quedan se
distribuyen según la ley entre los herederos.
Cabe destacar que también es posible que las deudas superen
a los bienes, en tal caso, una persona puede renunciar a su condición de
heredera. También puede darse la circunstancia en que las deudas de una persona
designada como heredera sean considerables, lo que puede implicar el embargo de
los bienes heredados. En dichos casos, es también usual traspasar los derechos
de herencia a otra persona, esto con el fin de proteger dichos bienes.