En junio, Fugaku, desarrollado por el Centro Riken de Ciencias Computacionales y Fujitsu, ganó el título de superordenador más rápido del mundo. Ahora, los investigadores de la Universidad de Ratisbona, Alemania, están listos para descubrir los orígenes del universo con la ayuda de una nueva supercomputadora basada en la arquitectura de Fugaku.
En la base del proyecto QPACE4 (QCD Parallel Computing Engine 4) se encuentra el superordenador PRIMEHPC FX700 que comparte con Fugaku el mismo procesador Fujitsu A64FX, basado en la arquitectura de procesadores de ARM.
Los investigadores de la Universidad de Ratisbona usarán el PRIMEHPC FX700 para explorar la cromodinámica cuántica. El objetivo es entender mejor las partículas fundamentales, incluyendo la estructura interna del protón, y determinar el estado del universo después del Big Bang. La supercomputadora también será utilizada por la universidad alemana para la investigación en el campo de la bioinformática, con un enfoque en el cáncer y la inmunología.
Fujitsu explica en un comunicado que el procesador A64FX incorpora Extensiones Vectoriales Escalables que aceleran los cálculos complejos, permitiendo que la misma operación matemática se realice en paralelo con grandes cantidades de datos.
El procesador está asociado con la memoria de gran ancho de banda que proporciona una relación equilibrada de potencia de computación, ancho de banda de la memoria y red, evitando las limitaciones de rendimiento.
Recuerden que Fugaku tiene una capacidad de 415 petaflops, logrando ser 2,8 veces más rápido que Summit, el sistema desarrollado por IBM. En total, la supercomputadora tardó unos seis años en construirse, con unos costes que superan los mil millones de dólares.
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