La industria del cine no está pasando por su mejor momento,
si bien no vamos a ser dramáticos, no vamos a obviar que la industria del
streaming online está evolucionando a pasos agigantados mientras que la
industria cinematográfica aún sigue luchando con los demonios de la piratería que
están hoy y estaban también hace 15 años. Todo esto puede no representar la desaparición
de la industria, pero es evidente que el modelo de negocio parece estar
cambiando, más concretamente pasando a seguir un patrón como el la música, en
donde servicios solo la idea de servicios como Spotify hubiera sido una herejía
en cualquier oficina de Sony Music en los 90s. Aquí analizaremos un poco sobre cómo
podría evolucionar la industria del cine en los próximos años y las razones de
estas hipótesis.
Comodidad: en
esta era digital el tiempo vale oro, tanto que un anuncio obligatorio de 20
segundos en YouTube es capaz de irritar a muchos usuarios, esto lo sabe YouTube
que implemento ya una suscripción paga para retirar la publicidad y acceder a
contenido exclusivo, aunque estamos seguros que muchos lo harían solo por ahorrarse
esa publicidad que de tanto oírla nos molesta muchas veces de sobremanera.
Y ¿Qué tiene que ver eso con el cine? Pues bien, puede que
no tarde mucho tiempo en que el perfil habitual de cine se convierta en alguien
al que pedirle que se tome el tiempo de ir a una sala de cine le resulte
molesto, tanto como el ejemplo de YouTube, pero más que desaparecer el negocio,
simplemente el nicho podría cambiar en dar al usuario la comodidad de disfrutar
del contenido en estreno en casa.
Estrenos duales: está
relacionado con el anterior punto, pero es algo más enfocado en la calidad de
audio e imagen. Primeramente, como hemos dicho, la comodidad del usuario es un
capricho a lo que la industria del cine tendría que ceder si el consumidor evolucionara
hacia un cinéfilo más hogareño, y es que una de las cosas que hace tan
atractivas a las películas online es
la comodidad, nada como llegar a casa, quitarse los zapatos y tirarse frente al
televisor para ver una buena película.
Este perfil de cinéfilo está lejos de ser raro, y aunque si
bien estamos completamente seguros que una película en el cine contara siempre
con mucho mejor calidad que cualquier sistema audiovisual que puedas instalarte
en casa (a menos que seas tan rico como para comprarte tu propio cine), es
también cierto que a pocos les interesa una enorme pantalla y sonido ultra
definido de una sala de cine cuando el film en cuestión es una película con
pocos efectos especiales.
Por su puesto, películas del estilo y producción de Avatar sí
podrían hacernos tener que tomar una difícil decisión entre calidad y
comodidad, más salvo aquellos films que mejoran notablemente en una sala de
cine, no nos es extraño imaginar a la gente eligiendo disfrutar del estreno en
casa en lugar de en el cine, lo cual requeriría de un estreno dual en muchos
casos.
Adiós inversiones millonarias:
crear y compartir contenido creado independientemente por medios streaming en
la red es algo relativamente sencillo. Así mismo en pocos años las herramientas
de edición de video nos permitirán hacer efectos especiales que rivalizaran con
los efectos de cine profesionales aplicados en la industria actual.
Si lo anterior tiene algo de cierto, no sería raro ver a
directores salidos de la nada volverse famosos de la noche a la mañana por una
producción indie que ganase una cantidad de público en la red y sin tener que
hacer inversiones millonarias. Si esto se cumple, las compañías de cine tendrán
también que apretarse el cinturón si quieren mantener el ritmo de salida de
nuevos contenidos.
Por supuesto todo lo anterior son posibles vías de desarrollo de la industria del cine en el futuro, tal vez erróneas, pero no nos sorprendería que una o dos cosas de lo mencionado se volviesen realidad.
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